Claire y David iban a casarse aquel día, pero la mañana de la boda tomó un giro inesperado cuando una anciana misteriosa apareció en su puerta.
La desconocida se ofreció a leerle la mano a Claire y le reveló secretos perturbadores que la dejaron profundamente inquieta. Sabía detalles íntimos de la vida de David, como una marca de nacimiento que solo Claire había visto, y una verdad inquietante sobre su madre, a quien todos creían muerta.
Desconcertada y temerosa, Claire siguió el consejo de la anciana y encontró, escondidas dentro de un viejo conejo de peluche que David había conservado desde niño, unas cartas provenientes de su madre — viva, y desesperada por volver a tener contacto con él.
Claire enfrentó a David con aquel descubrimiento. Fue entonces cuando la verdad salió a la luz: tras el divorcio, su padre le había hecho creer que su madre no era digna de él, que le había arruinado la vida. Por vergüenza, David ocultó todo, incluso las cartas.
Claire le pidió que buscara a su madre y le pidiera perdón, antes de seguir adelante con el matrimonio.

Cuando finalmente David se reconcilió con ella, la anciana que había advertido a Claire reapareció — y se reveló que era Estelle, la madre de David, quien había actuado desde las sombras para proteger a su hijo de una vida construida sobre una mentira.
La boda fue pospuesta, pero desde ese momento David comenzó a reconstruir su relación con su madre. En los meses siguientes, Claire también quiso conocer la versión del padre de David.
En aquella conversación, David descubrió las verdaderas razones del divorcio: Alec admitió haber abandonado a su esposa, aunque ya era tarde para reparar aquel vínculo roto.
Cuando Claire y David finalmente se casaron, lo hicieron en una ceremonia íntima y sincera, con Estelle a su lado. Se encargaron de su salud y le encontraron un apartamento, ya que no podía volver a vivir con David.
Esta historia demuestra que el amor verdadero no siempre empieza de manera perfecta, pero puede florecer cuando se edifica sobre la verdad, incluso después de las mentiras más dolorosas.







