Era una tarde tranquila, y había tomado una foto casual al lado de un camión para enviársela a mi marido. Pero cuando él respondió preguntando sobre el reflejo en la ventana trasera, sentí vergüenza e incomodidad.
En el reflejo se veía una figura borrosa, un hombre con un sombrero muy parecido al que llevaba mi exnovio. Estaba segura de que estaba sola, pero el reflejo no mentía.
Intenté tranquilizar a mi marido, pero sus sospechas aumentaron, insistiendo en que esa figura realmente se parecía a mi ex.

No podía quitarme la sensación de que algo no estaba bien. Cuanto más miraba la foto, más me preguntaba si mi ex estaba realmente cerca o si era solo una extraña coincidencia.
La confianza de mi marido comenzaba a tambalear, y por más que intentara explicar, ese reflejo seguía persiguiéndonos a ambos.
Lo que debía ser una simple fotografía se convirtió en un enigma, sembrando dudas y tensión entre nosotros, un recuerdo del pasado que pensaba haber dejado atrás.







